Reservar el estacionamiento, una estrategia que ayudaría a gestionar la movilidad urbana

Reservar debería ser una posibilidad en cualquier política de gestión de estacionamientos debido a que los usuarios de vehículo particular valoran significativamente este atributo cuando se trata de realizar viajes hacia zonas urbanas altamente frecuentadas. Especialmente sobre la vía pública, donde el usuario tiene la flexibilidad de estacionar lo más cerca posible del destino, lo que minimiza su tiempo de caminata. Esto también es bastante apetecido cuando se trata de viajes con motivo trámites y/o diligencias, pues los usuarios intentan estacionar por cortos periodos de tiempo.

Este es uno de los tantos resultados de nuestro más reciente trabajo de investigación publicado en la revista Británica Socio-Economic Planning Sciences, donde en conjunto con el investigador Iván Serrano y la estudiante Camila Carcache del programa de Ingeniería Civl, analizamos el comportamiento de los usuarios de vehículo particular cuando enfrentan la decisión de elegir su lugar de estacionamiento.

Durante su desarrollo encontramos que las personas que tienen la posibilidad de reservar un cupo de estacionamiento en el destino se esfuerzan menos por reducir su tiempo de viaje debido al beneficio que esto les genera. De hecho, ofrecer la posibilidad de reservar un cupo de estacionamiento en un parqueadero público o privado (fuera de vía) incrementaría la demanda de interesados en un 6.9% y reduciría la ocupación sobre la vía pública en un 2.6%. Sin embargo, implementar una política de gestión de estacionamiento en vía pública con posibilidad de reservar el cupo, incrementaría la demanda de interesados en un 7.6% al tiempo que reduciría en un 4.1% la demanda de usuarios de parqueadero público o privado.

Estos resultados claramente evidencian que implementar mecanismos inteligentes de reserva de estacionamiento en zonas altamente frecuentadas podría ser una buena estrategia de gestión de la movilidad urbana, poco explorada en ciudades colombianas, que podría dar buenos resultados en el corto plazo.

En el caso de la ciudad de Cali, estos resultados podrían ayudar a mejorar e impulsar la política de gestión de estacionamiento en vía que viene liderando la Alcaldía de Santiago de Cali desde hace varios años y por medio de la cual se han establecido las Zonas de Estacionamiento Regulado (ZER). También podrían ayudar a reformular la política de requerimientos de espacio mínimo de estacionamiento para los Esquemas de Implantación y Regularización (EIR), que por normativa hacen cumplir las administraciones públicas de las grandes ciudades de Colombia, y que va en sentido contrario al de la sostenibilidad.

Esta última política pública de gestión urbana claramente favorece al vehículo particular por sobre otros modos de transporte y en consecuencia induce importantes problemas de congestión, polución, accidentalidad y pérdida de productividad.  Ello sin contar con que también se reduce el espacio público disponible para el acceso y disfrute de los ciudadanos a actividades físicas de recreación y esparcimiento, así como al acceso a actividades sociales, culturales y de desarrollo económico, que si se encuentran alineadas con la sostenibilidad urbana.  

Este paradigma debe cambiar si queremos apostarle al desarrollo sostenible. Cambiar el modelo implica pasar de exigir requerimientos de espacio mínimo para estacionamiento de vehículos particulares y motos en zonas urbanas a requerimientos máximos de estacionamiento. Pasar de permitir el estacionamiento gratuito en vía a prohibir el estacionamiento en vía, limitarlo a tiempos mínimos o migrar hacia estrategias de tarificación vial que puedan ayudar a financiar la construcción y mantenimiento de infraestructuras para una movilidad sostenible.

Como respuesta a estas acciones, en el mediano y largo plazo, los usuarios se verían motivados a realizar cambios en la forma como tradicionalmente realizan su viaje. No sólo podrían cambiar su comportamiento a la hora de elegir estacionamiento, sino también cambiar de modo transporte, hora de viaje o destino, reduciendo así los efectos negativos que generan sobre la movilidad urbana.

Ahora bien, implementar una política pública que limite el espacio público para el estacionamiento del vehículo particular también genera afectaciones en el corto plazo. Esto debido a la ocupación vial que realizarían los usuarios del vehículo particular buscando un cupo disponible en la ya reducida oferta de estacionamiento.  No obstante, esta problemática puede mitigarse implementando sistemas inteligentes de reserva de estacionamiento que le permitan al usuario conocer en tiempo real la oferta de estacionamiento disponible en su zona de interés, así como reservar un cupo desde la comodidad de su hogar.

Esto no solo elimina los tiempos de búsqueda de estacionamiento y por ende el consumo innecesario de oferta vial, sino que también reduce la incertidumbre de los usuarios y el consumo de combustible, minimizando así la contaminación y los problemas de congestión y accidentalidad.  

Si quiere conocer más detalles sobre los resultados de esta investigación, consulta aquí el artículo original o descárgalo directamente desde la página de la revista.

 

Por: Luis Fernando Macea Mercado
Profesor Asociado.
Departamento de Ingeniería Civil e Industrial
Facultad de Ingeniería y Ciencias.