Abogado javeriano se destaca como consultor especialista en proyecto de Derecho Migratorio en la OEA

Desde que terminó sus estudios profesionales en el programa de Derecho, Daniel Ortegón Tovar ha construido una destacada carrera en el ámbito del derecho migratorio humanitario. 

A su corta edad ha pasado por instituciones como el INPEC, ONGs, firmas privadas y la Sección de Migración y Desplazamiento Forzado del Departamento de Inclusión Social de la Organización de los Estados Americanos, que promueve una respuesta coordinada al desplazamiento forzado en Centroamérica y México.

Con una sólida formación académica y un compromiso firme con los derechos humanos, Ortegón Tovar se ha destacado como una figura emergente en el campo del derecho. Tras completar sus estudios en la Javeriana Cali, donde se distinguió por su dedicación y excelencia académica, decidió enfocar su carrera en esta área, consciente del creciente desafío que representa la migración en el mundo contemporáneo.

“Durante los últimos 15 años, la cuestión migratoria ha adquirido cada vez más relevancia debido a problemas como el desplazamiento en el continente americano, la violencia, la persecución, las violaciones de los derechos humanos, las situaciones económicas y los desastres naturales. Comencé a prestarle atención porque, de alguna manera u otra, está relacionada con el Derecho Internacional. Además, desde mi época universitaria, uno de mis sueños era trabajar en una organización multilateral que abordara las relaciones entre los Estados”, explica el abogado javeriano.

Su sueño se hizo realidad en 2018 cuando se unió a una ONG dedicada al derecho migratorio humanitario, según la normativa estadounidense. Allí se encargaba de brindar acompañamiento profesional a las víctimas de crímenes dentro del territorio de los Estados Unidos o a quienes solicitaban asilo.

Sin embargo, Daniel deseaba establecerse en Washington, donde se concentran las organizaciones multilaterales. Persiguiendo su objetivo, en 2022 la OEA le otorga una beca para iniciar sus estudios de maestría en American University - Washington College of Law. De esta manera, tuvo la oportunidad de realizar su pasantía en el Departamento de Inclusión Social de dicha organización para atender casos de migración y desplazamiento forzado. Una vez concluida esta etapa, comenzó a trabajar formalmente como consultor especialista del Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones – MIRPS, de Centroamérica y México.

El MIRPS es un mecanismo que surge de la adopción de la Declaración de San Pedro Sula en 2017, como contribución al Pacto Mundial de los Refugiados, por parte de siete países: Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Panamá. Además, cuenta con una plataforma de apoyo de otros países, como Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Francia, España, Suiza, Uruguay, Estados Unidos y la Unión Europea. También cuenta con el apoyo de organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, la CEPAL, la OEA, el Banco Mundial, el Banco Centroamericano de Integración Económica, entre otras.

“Es un proyecto increíble. Siento que estoy contribuyendo y aportando mi grano de arena para ayudar a muchísimas personas, no solo en la región de Centroamérica y México, sino en todo el continente americano e incluso más allá, en otros continentes. Creo que la formación profesional que recibí en la Javeriana Cali me ha sido de gran utilidad, ya que conté con excelentes profesionales, grandes profesores y una orientación muy valiosa, no solo en lo profesional, sino también en lo humanista, que me permitió tener una visión más amplia”, añade el egresado del Colegio Berchmans.

Respecto al contexto colombiano y latinoamericano, Daniel asegura que la sociedad necesita valores que fomenten la cohesión social; aceptar a los migrantes y hacerlos sentir parte de la comunidad. “Dentro del mecanismo en el que trabajo, existen equipos técnicos regionales, como el de asilo, empleo y medios de vida, que se encargan de integrar de manera social y económica a las personas a las que responde el mecanismo. En el caso de Colombia, la integración migratoria ha avanzado mucho, pero aún falta trabajar en el discurso del odio. En América del Sur, se necesita consenso, voluntad de las partes para abordar la cuestión migratoria de la región, a pesar de las diferencias políticas y económicas. Creo que hay voluntad, hay reuniones, los líderes quieren lo mejor para la región”.